¿PARA QUÉ NOS SIRVEN LAS EMOCIONES?

 Durante muchos años se consideró que una persona era inteligente por su alto rendimiento académico, pero esta idea empezó a cambiar al entrar el siglo XXI por dos razones, la primera es que la inteligencia académica no garantiza el éxito profesional y segundo tampoco nos asegura un bienestar en nuestra vida cotidiana.  Son otras habilidades emocionales y sociales las responsables de nuestra estabilidad emocional y mental, así como de nuestro ajuste social y relacional. 

En este contexto es en el que la sociedad se ha hecho la pregunta: ¿por qué son tan importantes las emociones en la vida cotidiana? La respuesta no es fácil, pero ha permitido que estemos abiertos a otros ideales y modelos de persona. 

Algunas otras preguntas que surgen son ¿Para qué nos sirven las emociones? ¿Qué es la Inteligencia Emocional?  ¿Para que es importante educarnos emocionalmente? ¿Qué beneficios nos trae a nosotros mismos y a nuestra sociedad?

Y es allí cuando el modelo clásico de persona inteligente se empieza a desdibujar para dar paso a una nueva forma de entender la inteligencia, de la cual ya Howard Gardner nos hablaba en sus estudios sobre la misma y escribe a cerca de las diferentes formas de aprender y comprender que tenemos como seres humanos complejos y diversos que somos.

El concepto de inteligencia emocional surge entonces como una alternativa a la visión clásica y se define como la habilidad de las personas para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa, la capacidad para asimilarlos y comprenderlos de manera adecuada y la destreza para regular y modificar nuestro estado de ánimo o el de los demás.

 Educar y conocer nuestras emociones nos ayuda a saber cómo regularlas de forma apropiada para que colaboren con nuestra inteligencia. Cultivar las relaciones humanas y conocer los mecanismos que motivan y mueven a las personas y comprender que la mayor riqueza que poseemos es el capital humano. 

Es importante que desde pequeños tanto en la casa como en la escuela eduquemos a nuestro niños emocionalmente y a su vez nosotros como adultos tener a mano las herramientas necesarias para ser ejemplo a seguir en esto de estar Emocionalmente Educados.

Existen diversas técnicas, libros y autores que nos pueden servir de guía al momento de querer empezar a incorporar la educación emocional tanto en la escuela como con nuestra familia, solo es cuestión de tomar la iniciativa y largarnos a la gran aventura del autoconocimiento emocional .

Los invito a continuar profundizando; este ha sido un primer acercamiento y espero ustedes deseen continuar por el camino de una sana Vida Emocional.


Prof. Cecilia Peralta Alcorta- Certificada en Inteligencia Emocional



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